14 de agosto de 2013

EL SILENCIO DEL ALMA



Es en silencio cuando podemos meditar y reconocernos a nosotros mismos. Si pasamos la vida sin meditar, sin realizar una introspección propia, si buscamos y no encontramos, el silencio de la meditación suplirá a las carencias materiales, dejándolas en segundo plano, pues en verdad, la espiritualidad es de lo que no podemos ni debemos prescindir en esta sociedad consumista, materialista. 
Y eso no llena. Frustra, cansa y la vida parece perder sentido. Lo espiritual conforta, llena, nos lleva a encontrarnos con nosotros mismos y con el Amor de Dios, que percibiremos sin dejar que los pensamientos continuos entorpezcan la meditación, donde se manifestará la espiritualidad propia y con la Divinidad.



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